Pabellón del Colegio de Arquitectos de la Comunidad Valenciana
Desde el exterior la caja se percibe como un volumen compacto, sólido, de aspecto monolítico y simbólico, pero al mismo tiempo no es una pieza estática, inerte, sino llena de vida y movimiento.
La luz que emana de su interior proyecta sobre las paredes de la caja luminosa las sombras y huellas de la actividad que se desarrolla dentro.

Desde fuera las proyecciones de video y el movimiento constante de las personas que visitan el stand forman un flujo de luces y sombras que componen un lienzo dinámico sobre la piel de caja.
Aprovechamos la actividad del interior para componer una imagen fluida y en constante evolución sobre la piel translúcida.

Pretendemos mediante un aspecto exterior atractivo y sugerente atrapar al visitante y conducirlo al interior.
La caja se cierra al exterior para captar la atención del visitante no por lo que se muestra sino por aquello que se sugiere, ganar la mirada del visitante y provocar su curiosidad por descubrir qué esconde y ofrece en su interior.

Si desde el exterior se incita al misterio, a la curiosidad, en el interior está la respuesta, allí la gente se asoma y ve las publicaciones, los carteles, se encuentra con gente y contrasta opiniones y experiencias, se sienta a ver una proyección, etc.

Responder a las necesidades del programa con una solución fluida y equilibrada era un reto para el interior del stand.
Pretendíamos conjugar la diversidad funcional con la unidad espacial, la flexibilidad de usos y la integración de los espacios.

Debido a las reducidas dimensiones del stand proponemos liberar todo el espacio interior llevando los elementos de exposición y almacenaje al perímetro de la caja formando así una gran sala diáfana dónde se desarrollan las distintas actividades del stand.

Un muro-estantería aglutina en un mismo paño el espacio de cartelería, la exposición de publicaciones, el mueble-mesa extraible por un sistema de guías, el ordenador del personal y el mueble auxiliar de almacenaje.
Enfrente, todo el perímetro interior de la caja sirve de pantalla para video-proyecciones.

Tenemos ya así un espacio único, diáfano, en el que disponemos unos cubos huecos de resina de poliester de 40x50x40 cm que funcionan como asiento aislado o formando distintas combinaciones. Se pueden almacenar en los huecos inferiores del mueble auxiliar.

Estos cubos nos sirven como elementos para la creación de espacios y ámbitos diferentes.
Se pueden alinear aislados, formando bancos, plazoletas, etc. Las combinaciones son enormes y permiten que el espacio fluya y se transforme de una sala de proyección, a un hall con distintas zonas de reunión y conversación, pasando por una plaza donde la gente se encuentra y donde sentarse a descansar y observar, un auditorio para presentaciones, la combinación de varios de estos y otros ambientes en un mismo espacio y tiempo, etc.

Mobiliario de estética atractiva que encaja en el espacio que le envuelve y que da personalidad, funcionalidad y flexibilidad a ese espacio.

Es también una seña de identidad dentro de un espacio neutro, pues las caras de los cubos poseen la huella en relieve impresa de las siglas y el logotipo del COACV que se fracciona por las distintas caras del cubo, resultando así que la agrupación de varias pìezas forman las siglas y el logotipo completo del COACV, convirtiéndose en un detalle estético sencillo y sutil que anuncia la identidad del stand sin estridencias.


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