Palacio de Congresos, Auditorio y Centro Cultural en Santa Eulalia del Río

nOsOLO

  “Avaro de sueños, concibo como si se realizasen y no contemplo ya en el espacio informe de mi alma los edificios imaginarios, que respecto a los de la realidad son como las quimeras y las gorgonas a los verdaderos animales: lo que yo pienso puede hacerse, y lo que yo hago es inteligible”

Eupalinos, de Valery

MEMORIA

El objetivo del concurso, es concebir un edificio que albergue usos culturales y de ocio, con la finalidad de diversificar y desestacionalizar la oferta turística de Santa Eulalia del Río. Para ello se nos propone un ambicioso programa, en el que tienen que convivir un gran auditorio multiusos, una sala de congresos y conferencias compartimentable, una sala de exposiciones temporales, un centro cultural con aulas y salón de actos -con un carácter suficientemente autónomo como para poder funcionar al margen del resto del programa- un restaurante-cafetería y, por último, todas las dependencia auxiliares necesarias, incluso aquellas dependencias administrativas para poder asegurar el correcto funcionamiento de las actividades que vayan a desarrolarse.

Se ha optado por una solución que albergue cada uso en edificios separados, pues consideramos la idea de multifunción como algo que no acaba de satisfacer ninguna de las posibles funciones.

Por lo tanto, en lugar de hablar de un solo edificio, lo que proponemos es un barrio cultural , un espacio de relación ciudadana, compuesto por volúmenes que transparentan su función y se apoyan en una espina dorsal de servicios e instalaciones que recorre el solar por su lado este. El barrio se cierra al norte y sus inclemencias metereológicas, mediante los volúmenes de la sala de exposiciones y dependencias administrativas, y la cafetería-restaurante, encontrando un acceso, desde la calle peatonal, que independiza estos usos, junto con el acceso peatonal al aparcamiento subterráneo, del resto de usos propuestos.

Colgando de la espina dorsal y proyectándose hacia el núcleo urbano de Santa Eulalia, los tres volúmenes cerrados: el gran volumen del auditorio, seguido hacia el sur de las salas de congresos y conferencias y, por último, la sala de actos del centro cultural. El acceso a este centro cultural, con sus aulas y dependencias anexas, puede realizarse por la calle que separa el solar del desgarbado volumen del hotel Los Loros, cumpliendo el requisito programático de independencia de este uso, y posibilitando su construcción en una primera fase.

Con esta disposición, abrimos el barrio hacia la bahía y la desembocadura del río que aporta agua y vida a la población. El barrio pues, cede todo el perímetro sudoeste a la ciudad; precisamente el lindante con los espacios verdes, con los paisajes protegidos de centenarios pinos. De esta forma se pretende reforzar la conexión entre el punto final de la zona verde pública del paseo marítimo, la pinada que cubre la colina y, a través de ella, con la zona verde que se desarrolla sobre Es Faralló, con una operación de carácter urbano que consideramos de extraordinario interés.

Para reforzar esta idea, reformulamos la topografía existente y la recubrimos mediante un pavimento de piezas pequeñas -adoquín de clinquer cerámico- que se extiende por toda la superficie del solar entre los volúmenes descritos. Esta reformulación del suelo , se ha estudiado para conseguir, tanto la correcta accesibilidad a los principales accesos a todas las dependencias -salvando con suaves rampas los desniveles- como asegurando la conectividad entre usos y la fluidez del paseo perimetral de conexión entre los paseos marítimos descritos en el anterior epígrafe.

La idea expuesta, entra en contradicción con el carácter emblemático solicitado en las bases del concurso. Desde el primer momento tuvimos claro que la escala del edificio debería ser claramente superior a la de la edificación que lo rodea, lo que es incompatible con la noción de barrio. Para superar esa contradicción y evitar la confusa fragmentación, hemos optado por cubrir el conjunto mediante una gran cubierta de planta triangular, figura geométrica de clara lectura, que surge de las abstracciones de la forma del solar de nuestros primeros dibujos. De esta forma se aúna la fragmentación programática con una imagen potente, clara, emblemática, representativa, que se impone a la pequeña escala y la banalidad de la edificación existente.

Esta gran cubierta se concibe a modo de sombrilla ligera -o paraguas- de espesor variable, apoyada en esbeltas columnas de hormigón armado: la cubierta espesa sobre esbeltas columnas , nos remite a las copas sobre altos troncos de la pinada que bordea el solar y asciende hasta la cumbre de la colina que remata la punta de S'esglesia Vella. La relación con el entorno no se piensa de forma ritualizada: un edificio que se pretende emblemático debe destacarse, sin que ello suponga ruptura y sí diálogo entre iguales con el paisaje en que se asienta.

Por otra parte, la cubierta así concebida, no es sólo una plancha que separa, sino una oquedad que contiene, una oquedad doblemente estructural y energética, pues en su espesor se alojan, tanto la estructura de vigas trianguladas de acero galvanizado, como los conductos de las instalaciones -iluminación de los espacios intersticiales, conductos de clima artificial para los volúmenes obligatoriamente cerrados, etc. Chapas nervadas, también galvanizadas, cubren los interejes de 4,75 m entre las costillas -sin perjuicio de acabados traslúcidos allí donde se considere necesario- asegurando la impermeabilidad del sistema. El acabado final, tanto en el exterior como en el interior es a base de listones de madera sostenible con tratamiento natural o reciclada.

La necesaria protección solar al este y al suroeste, se consigue mediante pliegues de este acabado exterior: viseras que dejan ver pero impiden el soleamiento directo.

El espacio definido por esta cubierta se separa del exterior mediante paravientos de vidrio en la fachada suroeste, la que vuelca sobre la bahía de Santa Eulalia, y permiten las ventilaciones cruzadas hasta la fachada este. La fachada norte se cierra con los volúmenes de la sala de exposiciones y la cafetería-restaurante impidiendo el paso del frío aire del norte. Mediante estos mecanismos sencillos, basados en las protecciones solares y el aprovechamiento de las ventilaciones cruzadas, se pretende reducir el consumo energético del edificio, aún siendo conscientes que hay espacios (auditorio, salas de conferencias, sala de actos, ...) que por sus propios condicionantes de uso deben contar con sistemas de clima artificial.

Los materiales que se emplean son los ya descritos: cerámica en el suelo, cubierta metálica con un acabado exterior e interior de madera y vidrio en los cerramientos verticales. Además, los tres grandes volúmenes cerrados se conciben, con una gran sinceridad constructiva, en hormigón visto convenientemente vestidos al interior; mientras que la piel de los volúmenes en contacto con el espacio público de la ciudad, la imaginamos más urbana, con un acabado de vidrio y metal.

Por último, aprovechando la excavabilidad del terreno y las excelentes prestaciones para cimentar a la profundidad de tres metros, proponemos un aparcamiento subterráneo para 176 vehículos, con estructura de pilares hormigón armado en una retícula de 7,5x7,5 metros, con acceso desde la carretera hacia Es Canar. El acceso para suministros, se produce donde la espina dorsal de servicio se encuentra con el vial que recorre el solar por su lado este.