Residencia y Centro de día para personas con parálisis cerebral en Valencia

 

Para Goethe los colores eran sombras y los concebía polarmente: conforme a la polaridad que también advertía en otros fenómenos del mundo físico y orgánico. El amarillo y el azul, los dos colores elementales según él, entraban a formar parte de un esquema polar genérico: activo y pasivo, atracción y repulsión, los polos magnéticos, la electricidad positiva y negativa. De este modo llegó a concebir un vínculo entre diversos reinos y manifestaciones del mundo físico y de la vida en general. Con lo cual lo visual y lo metafísico, el color y sus resonancias semánticas, pueden coexistir, y el pensamiento científico surge de una experiencia previa.
Juan Navarro Baldeweg. Gran interior amarillo. La habitación vacante